La fruticultura es una de las industrias nacionales con mayores posibilidades de expansión en el mercado internacional, y dentro de ésta, la producción de berries es una de las que tiene mejor acogida en el extranjero. Sin embargo, los cultivos de arándano, frutilla, frambuesa, zarzaparrilla, murtilla, grosella y mora desde hace unos años sufren el ataque de la llamada "pudrición gris" producida por el hongo Botrytis cinerea Pers. En concreto, esto significa que hasta un 2% de la producción se pierda en el periodo de floración y un 10% lo haga durante la fructificación y la pos cosecha, creando el peligro de que los berries chilenos sean rechazados para la exportación.
La amenaza de este hongo hace que los productores de berries hagan hasta 6 aplicaciones de fungicidas organosintéticos en pre y poscosecha, lo que obviamente afecta la calidad del producto y nuevamente hace que los berries se expongan al rechazo en los mercados internacionales. A esto le sumamos que el hongo Botrytis cinerea Pers presenta múltiples formas de sobrevivencia y una gran capacidad de multiplicarse que le permite adquirir una rápida resistencia a los fungicidas selectivos.
Debido a todo lo anterior, han comenzado aplicaciones experimentales de bioplagicidas, que - en base a componentes naturales - buscan generar defensas en las plantaciones. Entre estos bíoplaguicidas destacan las moléculas elicitores, que tienen la virtud de estimular la respuesta defensiva natural de las plantas en contra de este hongo. Por esto, la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica de Temuco, en conjunto con varias empresas del rubro, realizará un proyecto Innova para el "Desarrollo de Tecnologías, Basada en Productos Naturales, para Mejorar la Competitividad de los Berries Chilenos".
OBJETIVOS E IMPACTO
Gustavo Cabrera, Secretario Académico de la Escuela de Agronomía y director de esta iniciativa comentó acerca de los objetivos de esta investigación. "El objetivo de este proyecto es generar formulaciones en base a productos que sean biodegradables para proteger a las plantas y a los berries (...) El proyecto está dividido en 3 fases, la primera está relacionada con la obtención de los principios activos, que se va a realizar en la Universidad Católica de Temuco. La segunda está relacionada con la prueba de productos, donde una parte se realiza aquí en la Universidad, otra en un laboratorio en Bélgica y la otra en el INIA. La tercera parte tiene que ver con ensayos de campo y el escalado piloto, a desarrollarse en la U. Católica de Temuco y en distintas empresas. En principio el monto total del proyecto son 539 millones, y el aporte de Innova es de 359 millones".
PARTICIPACION ESTUDIANTIL
Carolina Silva, Ingeniero Agrónomo, encargada del trabajo en terreno del proyecto, destacó los distintos niveles que abarca la iniciativa. "En el fondo, intentaremos ver cómo funcionan los diferentes estudios que haremos en los berries de Chile. La idea es hacer tesis e incluir a los alumnos y hacerlos partícipes del proyecto para que trabajen en la investigación, que es lo que nos interesa como Universidad. El aporte en investigación es conocer nuevos productos y alternativas para aumentar la productividad y las exportaciones en Chile. En el fondo, el mercado nos exige calidad y nosotros tenemos que estar en el nivel para entregarla. Las herramientas están y el Gobierno destina cierta cantidad, así que nosotros tenemos que aplicarlo y trabajar en conjunto porque es la única manera de poder hacerlo bien".
Marcelo Rodríguez, Agrónomo, participante como investigador asociado en el proyecto, se encargará de ver la respuesta en laboratorio de los bioproductos que posteriormente se utilizarán para la elaboración del bioplaguicida: "Mi participación es producir plantas in vitro en laboratorio (...)para sustituir o disminuir el uso de productos químicos por productos naturales e inocuos para la producción, sobre todo en el área frutal. Teniendo en cuenta que las exportaciones a los países tienen restricciones más fuerte, debemos tener tecnología y respuestas para los productores de frutas".
En definitiva, no sólo se espera hacer un aporte científico con este proyecto, sino que se busca mejorar sustantivamente las condiciones de competitividad de los berries chilenos en los mercados internacionales, sobre todo ante la entrada de los berries argentinos. "El proyecto tiene un impacto social, debido a que estamos usando productos que son ambientalmente amigables, por lo tanto no son contaminantes y - como no van a pasar a la fruta - son deseables para el consumidor. Por otro lado se utilizan materias primas de tipo desecho, como también otras que no están explotadas completamente. Con esto se revaloriza productos que normalmente se agotan. Desde el punto de vista económico, si logramos aumentar la vida post cosecha habrá un aumento de las exportaciones por lo tanto podremos llegar a nuevos mercados. Existe la posibilidad que Chile llegue a nuevos mercados que están mas lejanos y pueda transportarse por vía marítima", concluyó Gustavo Cabrera.
Se debe destacar, que este es un proyecto que logra vincular el aspecto académico con el empresarial, ya que la U. Católica de Temuco cuenta con la importante colaboración logística de Agrícola e Inversora Algarrobo S.A., Index Salus S.A. y Agrícola Bosbes Ltda, quienes aportan en el desarrollo de los ensayos de campo, además de Química R&S Ltda, que producirá la tecnología. |
